Si las calles son arterias, sus habitantes no pueden sino ser sangre, distribuyéndose desde el corazón hasta las extremidades, llenando de oxígeno sus pulmones y dotando a Lisboa de color y vida.
No ayudan estas imágenes a generar un concepto global, delimitan y condicionan, culpa mía, pero todas estas personas, perros, gatos y hasta palomas, por alguna u otra razón pidieron a gritos sin saberlo un espacio en mi memoria, construyeron mi viaje y parte de mis recuerdos, por eso se lo agradezco.
Esta vez la selección es amplia, barrios nuevos, barrios viejos y alrededores.
Esta vez la selección es amplia, barrios nuevos, barrios viejos y alrededores.


















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