martes, 18 de mayo de 2010

The Assassination of Jesse James

O cómo una película puede ser deliciosamente tensa, y angustiosamente espiritual.

En realidad no me apetece hacer una crítica de esta película, no tiene sentido, y no porque no se merezca la mejor de las mejores, sino porque intentar seccionarla y catalogarla sería tan fácil o tan difícil para mí como seccionar o catalogar una emoción, o como ponerle nota a un sentimiento.

Me dedicaré a divagar, para alegría de mi insomnio.

El western como género siempre es ambiguo, sobre todo si la historia cabalga varias millas por delante de su ambientación. Si bien es cierto que en muchos casos, de no ser por el contexto histórico, jamás podrían darse las situaciones que el género en sí mismo suele plantear, en la mayoría de los casos es una característica que ni siquiera se explota. La misma historia funcionaría a igual nivel si se tratase del siglo XIX o del XXI. A mi entender, más allá de la estética, un buen western te da carta blanca para contar una parte hostil y confusa del ser humano. Una parte en la que el mismo hombre primitivo de hace 4.000 años se ve encorsetado tanto o más que sus mujeres y se da de bruces con una sociedad en la que tu imagen de caballero era directamente proporcional al tamaño de tu revólver, y un pacto tácito con tu yo primitivo te obligaba a usarlo a la más mínima ocasión. A mi entender, insisto, se dan una serie de circunstancias por las que una persona puede someterse a determinados límites y lo fascinante será explorar hasta qué punto está dispuesto a cruzarlos.

Jesse James destroza esos límites. Se me hace difícil estructurar lo que quiero contar así que seré breve y desordenado. Desde el principio pensé que si en el mismo título te estaban contando el final, eso sería exactamente lo que menos importase, y así fue. Jesee James reflexiona sobre el concepto mismo del individuo, de cómo es él y de lo que los demás hacen de él, de cómo nos sentimos atraídos por lo que no somos, y de cómo pretendemos alcanzarlo, de cómo somos capaces de trastornar nuestra percepción de la realidad para lograrlo y de cómo serán los demás quienes terminen por hacer algo de nosotros. Es de hecho el reflejo de una sociedad que se cree adulta siendo niña, un reflejo en el que que paradójicamente y desmontando mi propia tésis, nos miramos hoy en día sin haber envejecido ni un ápice. Pero un reflejo también al que nos aterrará mirarnos con el paso del tiempo. Tiempo con mayúsculas.

Por eso considero a The Assassination of Jesse James by the Coward Robert Ford una pequeña genialidad inadvertida, por eso y por sus elementos más puramente fílmicos. Brad Pitt interpretando probablemente uno de los mejores papeles de su carrera, si no el mejor, llenando cada plano sin más que con su sola presencia y consiguiendo que se te hiele el estómago cuando sonríe, todo enmarcado por una fotografía que merecería revisar una y mil veces la cinta fotograma a fotograma para poder apreciarla en su totalidad, con esos interludios en forma de daguerrotipo, marcando pausados el paso del tiempo. Y mi parte favorita, una banda sonora a cargo de Nick Cave y Warren Ellis que provoca sobre mí un descorazonador efecto narcótico, así como una inspiración creativa que muere nada mas nacer, sepultada seguramente por el enorme talento de sus dos autores y que envuelve de una atmósfera melancólica la película de principio a fin.

Si señalase contras a estas alturas de mi discurso, después de haberme deshecho en halagos, sabríais que es por pura cortesía, pero lo que para la mayor parte de la gente que conozco fue una pega, el ritmo pausado y el tedio que pudo llegar a provocarles en determinados momentos, para mí fue el detalle perfecto, porque sin ese tempo, nada de lo que la cinta cuenta sería posible, pero hay que hacer un esfuerzo y prestarle atención.

Cualquier cosa más que se me ocurra escribir sobre esta película, así como todo lo que ya he escrito, será emocional, con lo que vamos a dejarlo aquí. Si yo no fuera yo, quizás no hubiese conectado con ella de esta manera, quién sabe. Solo sé que desde que comencé a verla por primera vez supe que sería de mis favoritas, y como suele ocurrirme con mis favoritas, soy incapaz de hacer de ella un dibujo en condiciones.

Os mantendré informados si lo consigo.



Nick Cave & Warren Ellis. Song for Jesse






2 comentarios:

  1. A ver si hablamos de estas cosas en vivo y en directo pronto. Quien dice hablar dice divagar...Yo sí fui capaz de hacer un dibu...¡antes incluso de haberla visto! XDDD.
    Y duerme un poco oye, que te estas quedando con pinta de tertuliano del café Gijón...

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  2. Dentro de poco podré bautizar a mis ojeras por separado xDDD

    Lo mismo te digo, melenudo, Por allí arriba me pasaré fijo, ya sabes, como todos los veranos... Pero si vienes tú ya sabes que tienes hueco. Justo al lado del perro. Calentito.

    Podías venirte...

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