miércoles, 18 de agosto de 2010

Amores de verano

Siempre son iguales.

La atracción es inmediata, la sensación agobiante de saber que vuestro tiempo se acaba hace que todo se precipite y tomas decisiones sin pararte a pensar en las consecuencias. La conexión es pasional y desarrollas cierta capacidad para saltar entre sentimientos como en una rayuela, siendo posible lo más cálido, y lo más frío. Solo una linea de tiza desdibujada separa tus emociones.

Mi amor este verano han sido las bocas de riego de Lisboa.

Fueron unos días increíbles que no se volverán a repetir, jamás habría imaginado unas vacaciones así...

Pese a todo regresé empapado de una sensación agridulce. Un poso incómodo. Puede que sea el miedo a poner los pies en el suelo.

Al llegar a casa me encontré con esto.


Entonces supe que las cosas verdaderamente importantes siempre están contigo allí donde vayas.

Ojalá el próximo verano vuelva pronto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario